Christian Fuster se suma a su cartera de jugadores de Wingpadel para la temporada 2016. El alicantino, de 26 años, empuñará el modelo Air Force con la que tratará de conseguir los retos marcados en este año. “La pala me encanta. Tiene mucha potencia, es bastante controlable y despide mucho. En volea y remate es donde mejor me funciona”, indica.
Sus triunfos en varios torneos de la Comunidad Valenciana le han servido para hacerse un nombre en el panorama nacional aunque el gran objetivo para este año “es jugar el mayor número de cuadros finales en el World Padel Tour y afianzarme entre los 50 primeros del ránking”, según indica.
Después de iniciarse en el tenis, al pádel empezó a jugar en 2012, donde pronto comprobó que podía dedicarse “más en serio a esto”. Su rutina de entrenamiento le ha permitido destacar muy pronto en un deporte tan competitivo. Entrena seis días a la semana (de lunes a sábado), primero ejercitando el físico durante dos horas y media, y después salta a la pista otra hora y media.
Mi objetivo es jugar el mayor número de cuadros finales en el World Padel Tour y afianzarme entre los 50 primeros del ránking.
Su golpe preferido es “la volea” aunque se define como “un jugador completo”. “En la pista soy bastante agresivo. Me gusta subir a la red y jugar tanto en defensa como en ataque”, añade.
Fuster ha apostado por Wingpadel porque considera que “es un proyecto nuevo e interesante y me gusta formar parte de proyectos que están empezando”.
Lo que más destaca del pádel es que es un juego que, a nivel profesional, requiere de “mucha estrategia”. “Se necesitan tomar decisiones en una milésima de segundo. Es un reto continuo”.