Raúl Marcos es uno de los nuevos fichajes Wingpadel del 2016. Tiene 23 años y nació en Madrid, ciudad en la que reside y entrena. De hecho, es a nivel provincial, donde reúne el mayor número de triunfos. Tricampeón absoluto de la comunidad en los años 2013, 2014 y 2015. Además, en el 2013 fue campeón de España sub 23. Ha llegado hasta seis veces a octavos de final del World Padel Tour.
Empezó en el pádel con tan sólo 15 años. Antes jugaba al tenis con su padre los fines de semana. «Me pasé al pádel porque montaron una pista de pádel en el club al que yo iba y empecé a jugar con mi padre», relata Raúl. Un día ganó con su padre un torneo benéfico popular en Madrid a favor de los enfermos de Síndrome de Down. Y fue ese torneo muy especial porque a partir de ahí empezó a jugar en serio, de la mano de su padre, fiel compañero de pista primero, y después junto a Gonzalo, un chico que conoció en un foro de Internet con el que dio grandes pasos dentro del pádel de menores.
A partir de ahí Raúl dio grandes pasos con distintas parejas hasta llegar a cuadros finales en el World Padel Tour. En el 2013, de hecho, estuvo en Argentina compitiendo en el circuito más importante de pádel del mundo, con los grandes. «Fue una gran experiencia», recuerda de aquellos días.
Pone su mirada en Pablo Lima como ídolo deportivo y le gusta de él su forma de jugar, aunque tampoco pierde de vista a Javier Limones o a Raúl Díaz, su pareja actual en las pistas, a la que admira y de la que sigue aprendiendo.
Entrena tres días por semana de 10 a 11:30, una hora y media de física con Gonzalo Merchant más otra parte de pádel con Manu Martín.
Su golpe favorito es la volea de derecha. Y su mayor virtud jugando es «el juego ordenado» como a él le gusta llamarlo. «Soy práctico a la hora de jugar. Conozco bien mis límites y sé controlarlo».
Este año Raúl empuñará la Wingpadel Air Force, «una maravilla de pala, compensada, fácil de manejar».