El gallego Adrián Blanco se ha convertido en el último fichaje de Wingpadel. Un jugador de enorme futuro y gran presente que empuñará a partir de ahora la Air Force, una de las palas más equilibradas de la marca, recomendada principalmente para jugadores profesionales.
“Wingpadel ha apostado fuerte por mí. Estoy seguro de que me van a ayudar mucho este año porque es una gran marca”, indica el jugador de 29 años.
Campeón en Castilla-León en 2013 y subcampeón de España en 2014, la temporada se presenta con múltiples retos para Blanco. Entre ellos, asentarse como un jugador de cuadro en los torneos del Circuito World Padel Tour después de que el pasado año entrara en cuatro de ellos.
“El objetivo es hacer los máximos octavos de final posibles después de dos buenos años. Ahora queremos un poco más”, añade.
Blanco formará pareja con Diego Ramos Saldivia. Situados en el puesto 23 del ránking, esperan que 2016 sea su gran año y consigan dar un salto para acercarse a los mejores del mundo. “Uno de mis sueños es ganar a una pareja de las grandes. Y como objetivo a largo plazo me marco estar entre las ocho mejores parejas del mundo”, afirma.
El jugador de Ourense se considera un jugador “ofensivo, agresivo, con mucha pegada y aceleración”. Su golpe preferido “es el remate”, según reconoce.
Trabaja como monitor en el Central Pádel León, ocupación que compagina con sus entrenamientos en el CD Covaresa de Valladolid. Allí ejercita por las mañanas durante dos horas y media el físico y el pádel, y por las tardes realiza dos horas de gimnasio y peloteo.
Sus grandes ídolos deportivos son “Roger Federer, por su técnica, y Sanyo Gutiérrez”.
Adrián Blanco se suma a la lista de fichajes para esta temporada de Wingpadel, después de las contrataciones de Álvaro Cepero, Javier Ruiz y Christian Fuster.
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